El día martes 3 de julio llegamos a Asunción
desde Córdoba, para asistir a la etapa final del juicio que se les
lleva adelante a los seis luchadores campesinos paraguayos que fueran
extraditados desde Argentina: Arístides Vera, Basiliano Cardozo,
Simeón Bordón, Agustín Acosta, Gustavo Lescano y Roque Rodriguez.
Todos ellos fueron acusados de haber participado en el secuestro y la
decisión de la muerte de Cecilia Cubas, hija del ex presidente del
Paraguay, Raúl Cubas. (Más información, ver
http://www.libertadaloscampesinos.blogspot.com.ar/)
El día miércoles 4 de
julio tuvimos la oportunidad de asistir a la audiencia en la cual el
tribunal se expidió por la culpabilidad de estos compañeros en
todos los cargos que se le formularon. Por decisión del tribunal, el
lunes 9 de julio darán a conocer en qué consiste la condena.
Tuvimos la suerte y la
alegría, a pesar de las circunstancias, de compartir esa experiencia
junto a compañeros del Movimiento Agrario y Popular que estuvieron
presentes en solidaridad con los compañeros presos. Ellos nos
manifestaron su presencia de ánimo y su voluntad de seguir luchando,
a pesar de que el resultado más probable y sabido de este juicio era
la declaración de culpabilidad de los compañeros. Nos contaron de
su orgullo por ser campesinos y también del desprecio de la clase
dominante paraguaya para con el campesinado pobre.
Sería muy difícil
trasmitirles todo lo que nos tocó escuchar y ver en esa audiencia.
Partiendo de la evidente
alegría del fiscal Ortúzar, exultante desde antes de que ingrese el
tribunal a la sala; lo expresado por la querella, la fiscalía y el
tribunal, todo lo que comprobamos en esa sala de audiencias fue el
odio y el desprecio de la clase alta paraguaya y de la “justicia”,
por los campesinos y los pobres del Paraguay y su decisión de
perseguir de manera implacable a los que se organizan para luchar.
Sobre el fiscal Ortúzar,
es importante recordar que fue denunciado por haber participado en
2007 en un operativo contra supuestos secuestradores que dejó seis
campesinos muertos. En esa oportunidad, este fiscal – paramilitar
fue fotografiado vestido en ropa de combate y armado al lado de uno
de los cadáveres. Ese fue el fiscal que acusó a los compañeros de
ser asesinos y secuestradores y que estaba en la sala a pocos metros
de nosotros, expresando ostensiblemente su alegria ante el
linchamiento legal de los campesinos paraguayos.
Lo dicho por el tribunal
para justificar el dictado de la culpabilidad no se diferenció en
nada de la querella y de la fiscalía. No pretendemos repasar el
largo listado de irregularidades, mentiras y omisiones que
caracterizaron a este juicio, pero los argumentos del tribunal para
dictaminar la culpabilidad de los compañeros fueron escandalosos e
insostenibles.
Se los condenó en base
una acusación genérica, sin comprobar en ningún caso la relación
de cada uno con los hechos de la acusación.
En todo momento, tanto
la fiscalía como la querella y el tribunal, equipararon al Partido
Patria Libre -al que pertenecían la mayoría de los compañeros -
con una organización delictiva, convirtiendo la pertenencia, la
cercanía o cualquier tipo de relación con sus miembros en delito.
Como ejemplo de esto, el tribunal concluyó que Roque Rodriguez
pertenecía a Patria libre por el hecho de haber tenido en primera
instancia la misma abogada defensora que los demás acusados.
El tribunal no pudo
mostrar más que indicios tales como el hecho de que los nombres de
los compañeros figuraran en la agenda de Osmar Martínez (condenado
anteriormente por el mismo hecho) como “prueba de su pertenencia a
una organización criminal” y de alli concluyó su participación
en el secuestro y muerte de Cecilia Cubas.
Es fundamental recordar
que toda la acusación contra los compañeros se basa únicamente en
el testimonio de un infiltrado, buchón de la policía, Dionisio
Olazar, que a pesar de muchisimas contradicciones e incoherencias fue
tenido por cierto por el tribunal.
El relato de la causa que
realizó el tribunal para justificar la culpabilidad se prestaba a
confusión, ya que no se entendía por su contenido si se trataba de
un alegato de parte o de un relato periodístico sensacionalista.
Mención aparte se merece
el pedido de cuantificación de penas, que incluyó una larga
argumentación por parte del fiscal Ortúzar acerca de la necesidad
de aplicar a los compañeros, además de 25 años de prisión, 10
años más como “medida de seguridad” en función de su
“peligrosidad”.
Esta medida, que ya le
fue aplicada a otros condenados por el mismo caso, tiene como
argumento el del aseguramiento contra lo que el condenado “pueda
hacer” luego de que termine su condena en función de su
“peligrosidad”.
Todas estas
circunstancias dejan muy claro que los compañeros fueron declarados
culpables por una causa muy distinta a la que invoca la “justicia”
paraguaya, y que esa causa es haberse organizado para luchar por un
Paraguay distinto, por el poder del pueblo.
Podríamos contar muchos
más detalles escabrosos y hasta ridículos de la audiencia, pero
queremos dejarles además de nuestra indignación, la impresión que
nos dejaron los compañeros cuando los fuimos a visitar al día
siguiente en la cárcel de Tacumbú.
Recordemos que estos
compañeros llevan encarcelados ya más de seis largos años. Ellos
se mantuvieron serenos durante toda la indignante audiencia en la que
se los declaró culpables.
Con la misma entereza y
con gran calidez nos recibieron en la prisión en la que se
encuentran, cuyas características de precariedad y hacinamiento
sorprenden y espantan.
Nos conmovió el profundo
agradecimiento que expresan por la solidaridad que recibieron desde
la Argentina, por la campaña por su no extradición, por las visitas
a la cárcel.
Nos expresaron con total
claridad que la Justicia a la que se enfrentaron no es más que un
instrumento del enemigo de clase, la oligarquía paraguaya.
También nos recordaron
que todos ellos pertenecen a humildes familias campesinas y que su
encarcelamiento es una situación muy difícil para todas ellas, que
su situación económica es muy precaria y que no todos pueden
recibir visitas con frecuencia.
Sabemos que han sido
muchas las organizaciones que, desde diferentes lugares, aportaron a
la campaña por su no extradición y que son varios los compañeros
que siguieron de cerca el caso en todo este tiempo, que varios han
viajado en diversas oportunidades al Paraguay.
La condena a los
compañeros nos obliga a seguir en el camino y a continuar la lucha
por su libertad.
Les dejamos saludos a
todos
Ante la represión,
organización y solidaridad
LIBERTAD A TODOS LOS
PRESOS POLITICOS!!!!
OLNyS Fogoneros en la
Coordinadora Contra la Ley Antiterrorista
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